martes, 22 de enero de 2008

Con paso lento, pero notorio

El Betis planteó el juego dándole mucho campo al Recreativo, que se erigiría en dominador del partido pero sin crear excesivo peligro en la meta de Ricardo. Tras el descanso se vio a un partido de ida y vuelta con algún descuido defensivo por parte de ambos equipos. La conclusión del envite deja a Betis y Recreativo como estaban, empatados a todo


Pudo el Betis dar ayer un salto en la tabla de mucha consideración, pero al final estaba pidiendo la hora porque aunque el punto no era demasiado bote, sí era importante que el Recre no sumase dos más de los que ya tenía. Abrió el marcador Edu en la enésima internada de Caffa, pero la alegría sólo duró un minuto, el tiempo de cometer una falta innecesaria en el centro del campo para que Javi Guerrero rematase libre de marca para fusilar a Ricardo.

El Betis sigue jugando con fuego y lo que te rondaré... Se le va el tiempo de mercado abierto en una diaria disquisición entre cúpula y técnicos para un galgos o podencos, mientras la Liga avanza de forma inexorable y el Betis sufre y sufre. Ayer, un sufrimiento más. Como la tarde del Getafe y tantas y tantas tardes, el equipo bético parecía impotente ante un Recre mejor, sobre todo más rápido, como contando con una velocidad más que este Betis de aceite pesado y que se muestra incapaz de sorprender a nadie.

La primera parte se jugó literalmente en campo bético. Sin embargo, tuvo el equipo de Chaparro dos ocasiones muy claras de hacer gol, una de Capi y otra de Edu, ambas por arriba. También Camuñas y Javi Guerrero pudieron marcar, pero eso no es noticia, pues era el Recre quien llevaba las riendas del partido. No se sabe si por iniciativa y acierto o porque Chaparro había ordenado un repliegue para salir a la contra, pero ese repliegue no tenía efectividad porque el costado de Ilic era una autopista sin peaje para el rival.
Por ahí entraba y entraba el equipo onubense y al descanso son muy malas vibraciones que llegan a la grada. Para salir a la contra hay que contar con gente rápida y este Betis tarda un mundo para cualquier transición y eso que Caffa había encontrado en Edu Moya un colaborador eficacísimo para sus correrías. Hacía daño el argentino por ahí, igual que Aitor ante el blandito Ilic, una auténtica nulidad en el aspecto defensivo. Pero el peso lo había sostenido el Recre, de ahí que al intermedio cunda el pesimismo.

Y es que en el Betis no termina de orientarse un futbolista que debe ser clave para las maneras de este partido. Capi no termina de cogerle el aire al partido, Jesús Vázquez puede con él y luego pasa que el Capi del Recre, Javi Guerrero, sí que se muestra muy enchufado, con mucho dinamismo y bastante fútbol. He ahí la diferencia, el porqué el Recre ha dado mejores sensaciones que su rival en esta fase del partido.

Pero tras el descanso, el partido, que estaba siendo bastante táctico, se enloquece por momentos. Las cautelas desaparecen, todos sueltan amarras y surge el fútbol que más divierte, el de las idas y las venidas sin solución de continuidad. Y como resulta que Aitor ha aminorado su rendimiento y que Caffa sigue enseñándole la matrícula a Edu Moya, la superioridad del Betis se manifiesta de forma espléndida. Edu puede hacer gol en un remate intencionado a asistencia, cómo no, de Caffa y el gol que antes parecía imposible se ve venir.
Caffa, un puñal en la banda izquierda

Y llega de la única manera previsible, con centro de Caffa y testarazo de Edu al palo contrario. Lo más difícil se ha logrado, me imagino que pensaría el Betis, pero en esos pensamientos cogen desaplicada a su defensa y en un minuto se va la alegría a hacer muchas puñetas. Tras una falta innecesaria en el centro del campo, Javi Guerrero sobrevuela el nido bético para doblarle las manos a Ricardo de testarazo a quemarropa.

Estamos ante un volver a empezar que puede salir cara o cruz, San Antón o la Purísima Concepción. Se continúa en esa especie de correcalles en el que puede pasar de todo, el juego va de una orilla a otra sin pausas y en el meollo de esa locura de partido agarran a Pavone cuando se dispone a remachar un balón que había dejado suelto Sorrentino. Iturralde, que ha ido de extrañamente dialogante y permisivo toda la tarde, ignora el lance y el partido se revoluciona aún más.

En plena revolución goza Caffa de tres ocasiones de gol. Un libre, un cabezazo que saca Poli en la raya y un zurdazo raso que roza un poste, el partido vuelve a atascarse, Ricardo salva el mobiliario a testarazo de Gerard y un centro medido de Mark González lo cabecea tan picado Edu que el bote se va por encima del larguero. Todo se ha consumado, pero por Heliópolis revolotea el fantasma de una esaborición y hasta se agradece que Iturralde señale el final del partido cuando el Recreativo se dispone a bombear un libre sobre el área local.

Un punto más y un partido menos es como seguir jugando con fuego hasta el final. Ayer pudo dar un salto importante en la tabla, pero quien da lo que tiene no está obligado a más y nadie podrá dudar que el Betis dio lo que tiene, todo lo que tiene. Ocurre que es tan poco lo que tiene que ganar le cuesta un mundo y eso de que no sume uno de sus muchos rivales directos hasta se agradece.


viernes, 18 de enero de 2008

El Betis, un campeón Real

El Real Betis Balompié es historia viva del fútbol español. Primer campeón de la Copa del Rey en 1977, repitió triunfo en 2005 de la mano de Lorenzo Serra Ferrer. Ahora, en una época convulsa, muchas cosas han cambiado: recientemente apeado de la Copa, el equipo de la Avenida de la Palmera busca encontrar de nuevo su sitio entre los grandes y regresar a la senda del triunfo

El 25 de Junio de 1977, el Rey Juan Carlos I entrega al capitán del Real Betis Balompié un trofeo con valor histórico. La Copa es el título más antiguo en nuestro país y en su palmarés se unifican las ediciones jugadas bajo distintos nombres: Copa de la Coronación, Copa de la Unión Española de Clubes, Copa de la Federación, Copa de la Segunda República, Copa de España, Copa del Generalísimo y, por fin, su denominación actual: Copa de su Majestad el Rey. Cobo tuvo el honor de levantar la primera para el equipo de la palmera en una final memorable. El Athletic de Bilbao, bautizado durante décadas como el “rey de copas”, era claro favorito en las apuestas. El guión del partido siguió el curso previsto. Los vascos se adelantan dos veces en el marcador. La doble respuesta andaluza lleva la firma de López. Sus goles fuerzan la prórroga y después, los penaltis. En esa suerte fatídica, el mítico cancerbero bético Esnaola se convierte en el héroe de la final. El guardamete verdiblanco detuvo hasta tres lanzamientos, el último, cargado de tensión y dramatismo, a un mito como Iríbar. La explosión de júbilo del beticismo provocó una marea verdiblanca con miles de seguidores en la calle durante toda la noche.

Veintiocho años tuvieron que pasar para reescribir la historia, precisamente en el mismo lugar, el Estadio Vicente Calderón. Allí conquistó el Betis el 11 de junio de 2005 otra Copa del Rey venciendo a Osasuna. La final del 77 vino a la memoria de muchos cuando el partido entró en la prórroga, pera esta vez no hubo penaltis. Un canterano lo evitó con el gol más importante de su vida. Dani entro a formar parte de la leyenda y desató otra fiesta en verde y blanco.

El honor de recoger el trofeo fue en esta ocasión para el roteño Juan José Cañas que, a diferencia de Cobo con el primer título, no tomó parte en el encuentro. La plantilla decidió premiar la antigüedad y eso permitió a su capitán levantar la Copa que vio pasar de largo en 1997 cuando, en otra vibrante final, el Barcelona se impuso al Betis por 3-2 en la prórroga con un gol de Figo. Aquel plantel verdiblanco, con Jarni, Finidi, Alexis y el mejor Alfonso, también dirigidos por Serra Ferrer, estuvo muy cerca de grabar su nombre en un reducido y selecto club: el de los campeones. Si hubiesen jugado en el Calderón…

Los primeros campeones de la Copa del Rey




El técnico del plantel verdiblanco Rafael Iriondo, junto con una alineación de ensueño donde Esnaola y Cardeñosa eran los pilares, pasarán a los anales de la historia como el primer campeón de la Copa del Rey. Todos querían tocarla, besarla, abrazarla, levantarla…Quizá para creer que aquello no era un sueño. Cobo la recibió de manos del monarca, Iriondo la paseó por el campo llevado a hombros y sus jugadores corrieron como posesos en medio del éxtasis. Al día siguiente, el Betis ofreció el título a la ciudad de Sevilla en el Ayuntamiento. Media Sevilla, la mitad que siente el fútbol en verdiblanco, se echó a la calle para recibir al Betis. Miles de personas abarrotaron la Plaza Nueva de la capital hispalense para rendir homenaje a los dueños de una copa muy especial, la primera Copa del Rey.

La final comenzó el sábado y acabó el domingo

Hasta veinte lanzamientos de penalti (más uno repetido) fueron necesarios para coronar al primer campeón de la Copa del Rey. Tras el 2-2 de los ciento veinte minutos de juego, la final había traspasado ya la frontera del sábado. Era domingo y toda la afición de España estaba pendiente del duelo del Manzanares, desde el Abra al Guadalquivir, desde la desembocadura del Miño hasta la del Ebro. En un duelo no apto para cardiacos, Esnaola le detuvo por la izquierda, de forma impresionante, el lanzamiento a Iríbar. Punto y final. Esnaola alzó los brazos en “V” de victoria y el Betis, contra reloj, contra pronóstico, contra viento y marea, conquistó su primer título en el torneo del K.O.

En 2005, de nuevo en el Calderón

La Copa del Rey que el club verdiblanco cosechó hace tres años marca al mejor Betis de la historia. Un Betis de Champion´s y un Betis campeón. Joaquín y Oliveira fueron los motores a propulsión de este boeing que comandaba Lorenzo Serra Ferrer. El mallorquín, en su segunda etapa como entrenador bético, supo imprimir al equipo un estilo propio de juego y una mentalidad ganadora, que, hoy día, nos deja una herencia clara: el Currobetis.

Ua semifinal de infarto dio el pase a la final. De nuevo se cruzaba el “rey de copas” en el camino de los verdiblancos. De nuevo una tanda de penaltis. Esta vez no hubo que sufrir tanto y, Luís Fernández, metió al Betis en la final ocho años después. Esperaba Osasuna, la revelación de la temporada. El Estadio Vicente Calderón fue testigo de la segunda Copa del Rey para los béticos y de la coronación de un joven canterano, Dani. Actor secundario que cambió el guión reservado a las estrellas. Joaquín y Oliveira brillaron en la final que le dio al Real Betis su segunda Copa del Rey, pero el papel decisivo lo interpretó el último jugador en saltar al campo. En el minuto 89´, el técnico Serra Ferrer se acuerda de Dani. El delantero, un joven castigado por las lesiones, aprovecha la oportunidad para escribir su nombre donde jamás se borra: en la historia. Su gol en los últimos minutos de la prórroga devolvió al Betis el título que ya veía a su alcance un incansable Osasuna.

El jugador número doce

La afición bética, que pintó con sus colores las gradas del Calderón, animó sin desmayo hasta el último segundo. Más de 30.000 béticos se desplazaron a Madrid para ver al equipo de sus amores. Espoleados por esta inconmensurable afición, los jugadores no desfallecieron e hicieron de este viaje, un recuerdo inolvidable para todos los seguidores que aquella calurosa noche del once de junio acudieron a la ruta del Manzanares para ver jugar otra final a su equipo.

Tras el partido, la Copa viajó en AVE a Sevilla. La estación de Santa Justa fue el primer lugar en el que el Betis ofreció el título a sus exultantes seguidores, que al grito de “Sí, sí, sí, la Copa ya esta aquí” recibieron a los héroes del Calderón. El recorrido llevó al equipo desde la estación al estadio Manuel Ruiz de Lopera, donde, a pesar de llegar de madrugada, miles de béticos abarrotaron la Avenida de la Palmera para ovacionar a sus jugadores. Una cosa sí estaba clara, el Betis seguía siendo Musho Betis, y el Vicente Calderón, volvía a ser talismán para los verdiblancos.

Nace el Champion´s Betis

El Real Betis se convirtió en 2005 en el primer equipo andaluz en acceder a la Liga de Campeones. Tras la exitosa temporada 2004/05, en la que el Betis terminó en cuarta posición, la Champion´s se convertía en una apetitosa competición para un equipo en racha. Tras eliminar al Mónaco en la ronda previa; Chelsea, Liverpool-Campeón de Europa en ese momento- y Anderletch esperaban en la liguilla de dieciseisavos de final. El Betis ganó dos partidos, empato uno y perdió tres. Acabó en la tercera plaza y se quedó fuera de la competición. El más recordado de sus partidos fue el que ganó al Chelsea, que unos años atrás se había convertido en el club más rico del planeta.

Los tiempos cambian

Hoy día, muchas cosas han cambiado en el Real Betis. Lo que antes era ilusión y alegría, ahora es desesperanza y hastío. Han pasado tres años desde que el Betis conquistase el Vicente Calderón y se metiese en Liga de Campeones; pero parece más tiempo cuando durante dos años seguidos se ha coqueteado con el infierno de la Segunda División. Como el día y la noche, así podría describirse el devenir del equipo desde aquella temporada en la que hizo historia, hasta el día de hoy. Ante la mala situación del equipo, la nave la dirige ahora Paco Chaparro. Las cosas no tienen el color cárdeno habitual, se confirma que la orina del enfermo tiene mejor pinta y que el futuro tinta hacia un mejor aspecto, mucho mejor. La mano de un bético como Chaparro se está dejando notar, y es que siempre será mejor estar en manos así que de otro tipo.